La mañana del viernes pasado se vistió con los colores y aromas de la Edad Media en el Ave María Casa Madre. La profesora Dña. Carolina Meza y el profesor D. Sebastián Castiñeira, en colaboración con el alumnado de 2º de ESO y 1º de CFGB de Cocina, organizaron unas fascinantes jornadas medievales, sumergiendo a todos en una experiencia educativa y gastronómica única.
Bajo la dirección de los profesores, los estudiantes se sumergieron en la investigación y la preparación para exponer información detallada sobre la vida cotidiana y la alimentación en la Edad Media. Con entusiasmo y dedicación, compartieron conocimientos sobre las prácticas culinarias, los ingredientes característicos y los rituales alimenticios de esa época histórica, proporcionando una visión enriquecedora y auténtica.
Pero la experiencia no se limitó al ámbito teórico; los alumnos de cocina pusieron manos a la obra para crear auténticos manjares medievales. Elaboraron con esmero un delicioso bocadillo de cebolla caramelizada, pollo y mostaza, una combinación que transportaba los paladares a tiempos remotos. Como colofón, prepararon un exquisito postre: una tarta de manzana, cuya fragancia tentadora llenaba el aire y despertaba los sentidos.
La culminación de estas jornadas fue una experiencia compartida. Los estudiantes y sus compañeros de 2º de ESO se reunieron para degustar las creaciones culinarias, creando un ambiente de camaradería y disfrute. La mesa se convirtió en un escenario de intercambio cultural y aprendizaje, donde cada bocado era una ventana al pasado.
Pero la diversión no se detuvo en la mesa; las jornadas estuvieron amenizadas con actividades recreativas que evocaban el espíritu de la época. Desde juegos de espadas que desafiaban la destreza hasta bolos diseñados para derrotar al temible dragón, cada actividad ofrecía una experiencia lúdica y educativa.
El punto culminante de la jornada fue una danza medieval improvisada, donde los estudiantes, inspirados por la música y el ambiente festivo, dejaron volar su imaginación y creatividad. Bailaron al ritmo de melodías ancestrales, cerrando así un día de aprendizaje enriquecedor al más puro estilo manjoniano, donde la educación se entrelaza con la diversión y la vivencia histórica se convierte en una experiencia inolvidable.