¡Qué alegre momento el que vivimos la semana pasada en el Ave María Casa Madre, cuando le rendimos un sencillo homenaje a una de las personas que es historia viva del Ave María: nuestra querida Mari!
Con su generosidad y alegría llena todos los días la vida de los que trabajamos allí; alumnado y profesorado, reciben de ella continuas muestras de afecto y detalles con los que nos cuida: una torta de chocolate, alguna fruta, un refresco, ¡lo que tenga a mano te lo da con todo su gran corazón en cuanto te ve!
Es como una madre para todos y con su servicialidad nos muestra como se puede encarnar el espíritu avemariano que D. Andrés Manjón nos dejó a todos.
Desde aquí queremos compartir con todos vosotros este entrañable momento y seguimos agradeciendo su buena labor a nuestra querida Mari. ¡Gracias!